LICERAS, POSICIÓN EN LA FRONTERA
Para la defensa de este sector fronterizo, entre los reinos cristianos y musulmanes, se recurrió a la construcción de un entramado de Atalayas que cubrían el espacio comprendido entre la primera línea del frente, marcada por las Ciudades fortificadas y Castillos de Ayllón, Gormaz, Berlanga y Almazan; y una segunda línea de retaguardia, Atienza, Sigüenza, Barahona y Medinaceli.
Los musulmanes se asentaron sobre el modelo de ocupación territorial tardoromano, reaprovechando su red viaria. La proximidad de Tiermes configuró la red viaria Romana del entorno de Liceras. La ubicación de esta Atalaya, localizada en el fondo del valle del arroyo Pozo Moreno, controlaba la ruta que se dirigía hacia el Este Uxama, la denominada como calzada de Quinea en el cantar de Mio Cid, aprovechando el pasillo Liceras - Montejo, para alcanzar Ayllón y desde allí, Sepúlveda y Segovia.
LA ÉPOCA
Tras el año 711, en que los musulmanes cruzan el Estrecho, la mayor parte de la Península Ibérica quedó rapidamente controlada por estos. Los primeros años son intentos de consolidación por parte de los musulmanes de esta posición, impidiendo las frecuentes incursiones cristianas hacia el Sur.
Tras el impulso repoblador de Alfonso III, los Condes Gonzalo Fernandez, Nuño, Nuñez y Gonzalo Téller, impulsaran la ocupación de este territorio. A partir de este momento se crea una permanente situación de enfrentamiento protagonizada por ilustres personajes como Almanzor, el Cid, Galib o Fernán González entre otros.
DESCRIPCIONES DE LA ATALAYA.
En la bibliografía consultada se han localizado las siguientes descripciones de la atalaya.
En C. Saénz Ridruejo y F. Zamora Lucas (1974): “Liceras”, en J. Espinosa de los Monteros y L. Martín!Artajo. (Ed.): Corpus de Castillos Medievales de Castilla, Bilbao, pág. 443!4.
Dentro del caserío hacia el lado suroccidental, airea una esbelta torre conocida en el pueblo como “la atalaya". Su perímetro es circular. Se distinguen dos épocas: la parte baja de sillería, en areniscas rojas, de sillares no mal cortados pero desiguales, algunos bastantes grandes. Aunque no hay buena ordenación de hiladas, se observa tendencia a alternar sogas y tizones. La construcción de esta parte es recia, parece en seco y muy primitiva, dada la erosión meteórica de aristas, observable en las piezas. El carácter militar es palpable: hemos visto un tosco hueco de cantera, y la puerta, al sur, está colgada unos 3 metros. Aunque muy destrozado, este acceso conserva el despiece primitivo. Parece que sobrepasa el medio punto. La parte superior, de sillarejo tronco, rejuntado, casi una mampostería, rehace un remate irregular, de ruina o derribo de la inferior. Con algo de gálibo, no pudo sujetar otros pisos que no fueran de maderamen. Este realce póstumo, cercenado hoy a un sólo agua para servir de palomar, tiene el carácter común a la mayor parte de las almenaras circulares del SO de Soria. Sólo difiere en su situación en poblado, en lo que es gemela a la de Montejo, comunicada ópticamente con ella y en su emplazamiento de fondo de valle. Todo parece indicar una atalaya!refugio. La puerta y el descenso parecen árabes... pues este tipo de construcción sólo se justifican en momentos de inseguridad que aquí se dieron principalmente en las luchas califales de frontera.”
En A. Lorenzo Celorrio (2003): Compendio de los castillos medievales de la provincia de Soria, Soria, pág. 125!6:
Dentro del casco urbano de Liceras se encuentra unas atalaya circular musulmana del S. X. Hasta la altura de la puerta, situada a unos 3’5 m. del suelo, la obra está realizada con grandes sillares labrados, actualmente muy erosionados. En su interior, cuya base posiblemente sea maciza, se observa un retranqueo de muro aprovechado para apoyar en él un forjado de piso y una hilera de mechinales sin retranqueo para otro piso superior. Lo más característico de esta atalaya es el acceso, que dicho sea de paso, se conserva en un lamentable estado. Se trata de una puerta parecida a la de la atalaya “Torre Melero” de La Riba de Escalote. Presenta jambas en piedra labrada de buenas proporciones, rematadas exteriormente con potentes mochetas. También conserva los agujeros donde se ubica la tranca. Las jambas presentan la particularidad de no ser paralelas entre sí por cuanto la proyección de sus planos convergen, aproximadamente, en la cara interna de la torre diametralmente opuesta a al puerta. La parte superior externa de la puerta fue un arco adintelado de grandes dovelas que no conserva, protegido por un arco de descarga muy rebajado, también en grandes dovelas, que aunque se conserva por ahora no lo hará por mucho tiempo más si no se remedia el estado de abandono en que se encuentra sumido la torre.”
Según ARECO S. L. (2003): “Inventario de Atalayas”, en VV. AA. Atalayas y fortalezas en la frontera del Duero. Guía turística del sur de Soria, Soria, pág. 193:
“La Atalaya. Liceras.
Se trata de una gran torre de planta circular, adosada a una de las casas del casco urbano de Liceras. Conserva una altura superior a los 9 m. su diámetro interior es de 3’5 m. y el grosor de sus muros sobrepasa los 1’5 m. Presenta una puerta de acceso, a la altura del primer piso situada a 3’6 m. del suelo exterior. Su interior se encuentra relleno de escombros hasta la altura del primer piso. Conserva planta baja y dos pisos más, como parece indicar los mechinales donde irían sujetas las vigas que soportaban los pisos de madera. Sus características constructivas la diferencian del resto de las atalayas conservadas. Su aparejo es de piedra arenisca, y su parte inferior principalmente esta realizada mediante hiladas de sillares colocadas a soga y tizón rejuntadas con mortero de cal. Este tipo de aparejo, típicamente musulmán, es muy similar al que encontramos en el castillo de Gormaz y la torre de Mezquetillas, por nombrar ejemplos cercanos. Otro de los elementos claramente islámicos es la puerta de acceso. Es una puerta doble, con un arco de herradura al exterior y al interior un arco rebajado más bajo. El despiece de los arcos y las jambas esta realizado mediante sillares de arenisca bien escuadrados. Este tipo de puerta, únicamente lo encontramos en esta atalaya y en la Torre Melero de la Riba de Escalote, constituyendo pilares importantes para demostrar su adscripción islámica. Esta atalaya, hoy abandonada, fue utilizada como palomar, por lo que en los pisos superiores conserva los huecos de los nidos, realizados mediante la extracción de piedras del paramento original, En la parte inferior de la torre se aprecian reformas posteriores a la edificación, y la parte superior claramente reformada y recrecida con diferentes materiales. No conserva revoco en el interior, y en el exterior exclusivamente en la parte superior, quedando las hiladas de piedras más grandes totalmente descarnadas las juntas y la piedra redondeada por la erosión, al tratarse de piedra blanda. Por su situación en el fondo del valle, no mantiene comunicación visual con ninguna otra torre conservada, siendo su función la de control de pasos.”.